Friday, December 16, 2016

Baggio- La Pastora

Escribiré en episodios pues hay mucho que contar.  Este es el primero.

Queridos amigos y familia, 
Mañana cumplo 3 semanas de estar en Baggio, un vecindario en Milano donde Maurizio alquiló un pequeño apartamentico.  Ya me siento un poco mas asentada como para contarles.


Primero: hace burda de frío y niebla,  como en las películas del Mounstruo de la Laguna Negra, que algunos recordarán, pero, estoy con mi esposo y el es muy cálido… y el apartamento tambien.




El Vecindario

Cerca me queda un bello parque, una biblioteca, el automercado, el banco… todo todo… imagínense Chacao, como cuerda de negocios y La Candelaria como tipo de edificios.   Todos son de 3 pisos máximo y las calles son de piedra e imposible de comprender, olvídense de cuadrado aquí: puro ángulo, calles estrechas y gente manejando a mil, tipo Fittipaldi.

El parque a tres cuadras, es hermoso con laguitos donde se puede pescar y hacer arco y flecha y pasear en bicicleta o montar caballo. Hay clubes donde la gente hace picnics en otras épocas del año.


Tenemos la iglesia y veinte mil panaderías/pastelerías. Graffiti por todos lados y la entrada de mi casa es de piso de tierra y piedras. Ya veremos cuando llueva: ¿patuque o no?

Las sábanas cuelgan desde los balcones a enfriarse porque es difícil que se sequen con 85% de humedad en el aire. Como en muchos lugares en Europa las secadoras no se usan mucho.  Todo se seca a punto de tendedero donde se pueda dentro de la casa y calefacción para que queden las toallas perfectamente duras tipo papel de lija. (lo cual es buenísimo para la eliminación de la epidermis y la detoxificación)

Todos alrededor parece que tienen perro pero muy raramente los oigo.  Pero si los veo por todos lados y sus excrementos en la calle que junto a las colillas parecen ser desapercibidos por todos,  excepto por mí.  Las técnicas budistas las uso al máximo para no ser afectada,  para bien,  pero especialmente para mal,  cuando veo las cosas que no me gustan. Colillas y pupú = ¡horrible!

Los lunes y viernes hay mercado y por supuesto es maravilloso.  Todas las frutas y vegetales, carnes, pescados y quesos deliciosos a precio de gente normal… no como en San Francisco donde lo que viene de la granja es tan especial que cuesta un ojo de la cara. Las ropas son hechas en Italia y los vendedores gritan como pregoneros. No puedo evitar recordar: “ A bolivar, a bolívar” ¡Cuánto lo añoro!

Ahora…caminas esos 5 minutos para un lado o para el otro y te encuentras en el 23 de enero.  Es decir, este pequeño pueblo, Baggio, fue antes un pueblo suburbano al cual Milán se comió y todo alrededor, todo, todito esta desorganizado con miles de edificios tipo bloques o tipo Chacao típicos de arquitectura de esas épocas, 50's y 60's full de gente. Milán y su perisferia son definitivamente densas.

Estacionar es todo un arte y lo que se dice de Baggio es que,
- Aquí hay mucho lugar donde estacionar.
Yo no lo veo,  hasta que entiendo que cualquier lugar es válido (menos el de los incapacitados). Mi experiencia es que en el centro de Milán la gente hasta se para en medio de la calle cuando ya no hay aceras, digamos, como en la división del centro de la calle. Que te pongan una multa, a las personas que conozco,  parece no importarles un bledo. Yo que vengo de San Francisco donde no pagar tus multas puede costarte tu automóvil, me aterra esta situación.

Yo, como estoy en la parte de los techos rojos y los caminitos de piedra, y no tengo carro, me siento muy bien. Piensen, La Pastora pero sin malandros.