Friday, April 29, 2022

¡Los 60 Minutos Que Me Hicieron Super Feliz!

Los Couttenye- Memé y Pepé con sus 17 nietos

(to read in English go here)

 Siempre he comentado lo afortunadas que fueron mis abuelos.  Ellos casi siempre tuvieron a sus hijos adultos a menos de una hora de donde vivían. A menudo disfrutábamos de los cumpleaños y juntadas impromptu. Mi experiencia desde niña fue que toda la familia vivía en la misma zona. Diecisiete primos se reunían en la casa de Memé para el día de Año Nuevo y jugábamos felices. 


Los Losada- Mamaquerida y Papaquerido con sus 4 hijos.


Después de su muerte eso cambió pero con Mamaquerida- mi otra abuela-, que vivió tanto, seguimos cantando y juntándonos cada vez que veíamos una oportunidad. Yo era la mayor de los primos de ambos lados- Los Couttenye y los Losada- , y si mal no recuerdo, creo que fui la primera en salir de Venezuela de entre nosotros.


Los Primos Couttenye- 1998


Cuando crié a mi propia familia, tuve la sospecha de que ni San Francisco ni yo los ataríamos a este lugar. Avery, Skylr y Renie Joie se fueron de casa, y tengo una especie de triángulo: 

  • Henley-on-Thames en Inglaterra; 
  • Gardnerville en Nevada; y 
  • un lugar itinerante en el mapa, una camioneta que sigue moviéndose con mi hija adentro hacia donde sea que haya algo interesante para ver o amigos para visitar. 

Como lo ven, reunirse es difícil.

2006, Inglaterra- matrimonio

2008, Margarita- bautizo

2008 Caracas -Cinco Generaciones

2014, San Francisco- matrimonio

2019, Tulum- matrimonio




Hemos estado tratando de juntarnos durante un par de años, los cuatro, sin poder lograrlo.

Cada vez que nos separamos - ¡bueno, nos vemos pronto!,-  sabemos que pasarán meses o años antes de que suceda de nuevo.

Cada vez que nos separamos - ¡bueno, nos vemos pronto!,-  
sabemos que pasarán meses o años antes de que suceda de nuevo.


Nos dijimos "adiós" en enero de 2019 cuando estuvimos en la boda de Skylr y Maura.  

Lo que no sabíamos era que nos llevaría más de tres años volver a vernos. Pero descubrí lo siguiente: cuando explota esta bomba de alegría, lo impregna todo, ¡tanto que hasta una hora de esta felicidad es suficiente para llenar el vacío de años!

60 Minutos que irradian plenitud para todo un año.


En enero de 2022, después de que Avery comprara boletos para venir a California, las ruedas comenzaron a girar. Esta es una hazaña que solo es posible gracias a la generosidad de familiares y amigos. Transportar a tres adultos a través del mundo es imposible con el salario de una maestra de Kindergarten. Avery está rodeada de amor, lo que permitió que ella, Felix y Didi cruzaran el pozo. 


Entonces, ¿cuál era el plan y adónde iríamos? Pasé una tarde haciendo un plan general. Aquí está:





Luego se atravesó la realidad: ¿Cómo lidiaríamos con eventos extra que consumirían mas del tiempo que tenemos? 

  • Yo tenía dos conciertos, 
  • Renie Joie tenía una boda en México, 
  • Maura, Skylr y los niños tenían planeado un viaje a Disneylandia, 
  • Félix quería regresar temprano a casa para estar con amigos y prepararse para una carrera de remo, 
  • y luego está la eterna variable, el tiempo: se pronosticaban fuertes nevadas. 

¿Todo esto tenía que suceder en las mismas dos semanas? ¡Pues sí!

Llegando a San Francisco listos para la aventura



Avery llegó el sábado 9  para partir el domingo 10. Lo retrasamos porque, como suele suceder con el clima, no se entienden sus estados de ánimo: ¡un día hace mucho calor y al siguiente nieva! Sabíamos que la nieve no era un buen clima para acampar :) así que pospusimos la partida.




Un paseo bastante mojado a Alcatraz- al fondo San Francisco.


Pasamos un día de compras y realizamos una visita improvisada a Alcatraz durante una tarde de ventarrones fuertes. Didi y yo fuimos de compras a Nordstroms Rack y Old Navy, y luego ella modeló para nosotros sus nuevos trajes. Félix fue embestido y  bañado por una ola gigante que rompió contra el ferry que nos llevaba a Alcatraz,  aún estando en el tercer nivel. Sí, así de brava estaba la mar. Al llegar visitamos e inspeccionamos las celdas de la cárcel y aprendimos acerca de los presos y sus vidas en Alcatraz.

Didi poniendo atención a los presidiarios que cuentan sus historias.


Divergencia TDAH (ADHD): ¿Saben que EE. UU. tiene la mayor cantidad de prisioneros per cápita en el mundo? ¡Tenemos más de 1.5 millones de personas tras rejas! La visita me dió mucho en que pensar, acerca de juzgar, ser juzgado y la justicia hoy. Esta frase en particular me dio contexto: "Una nación no debe ser juzgada por cómo trata a sus ciudadanos más altos, sino a los más bajos", dijo Nelson Mandela.


Vuelta a la historia: Al día siguiente a las 4 am, Renie Joie partía hacia México por el camino largo-  manejar hasta San Diego, cruzar la frontera, volar desde Tijuana a DF. 

Nuestra salida a Yosemite pautada a las 6 am se retrasó porque me dolía el estómago; ¡auxilio! Pero salimos a las 9 am. 

¡Me encanta estar rodando en la carretera, con el carro repleto hasta los teque-teques!

Sunrise Studio- arriba durmieron Memé y Didi- Abajo Avery y Felix


Subimos por Hells Hollow Road hasta Marioulomne, el reino de Mountain Man. Preparamos cena en su cocina, la cual tenía una vieja estufa de leña que nos mantuvo calentitos.  Dormimos dos noches en el Sunrise Studio, glamping (glamour-camping) en un alojamiento tipo Swiss Family Robinson. 

En estas noches gélidas en las que se nos helaba la nariz si la dejábamos fuera de nuestros sacos-momias, pudimos ver las estrellas a través del techo transparente de esta cabañita. Pero antes metimos botellas de agua caliente en nuestros sacos de dormir, técnica muy usada por Avery que hasta viaja con su fomentera.  

Entrando a Yosemite


Durante nuestras mañanas tranquilas sobre la cima de la montaña, nos sentamos en el banco a tomar sol y a tomar nuestro café, comíamos galletas de waffle belgas. Hablamos sobre teatro y música y todo lo que se nos ocurría. Didi y Avery cantaron canciones de Encanto con varias voces y partes, y Félix tocó melodías en la guitarra.

Nada de prisa, nada de intensidad, ¡súper relax!



El paseo a Yosemite con Mountain Man fueron dos días de senderismo, observación de escaladores y escalada,


Avery, Didi y Coral lograron escalar con éxito una pared al lado de una cascada adyacente al camino hacia el parque... una lugar perfecto de pared de granito y escalada de grietas. Luego de las tres chicas y sus grandes esfuerzos, Mountain Man subió tan cómodo como una ardilla, dub dub di dub. Fue un día perfecto, el clima perfecto. Félix leía.

Unas horas de escalada


Durante nuestro almuerzo echados en la gramita verde y húmeda, exploramos El Capitán con binoculares: todos sus valientes escaladores parecían más pequeños que microbios en esa enorme pared expansiva. Más tarde hicimos una caminata hasta la base para ver cómo era comenzar a escalarla. ¡La chicas intentaron algunos movimientos!

Tres chicas escalando El Capitán


Al final del día, nos detuvimos para admirar la vista desde el río Merced, mirando a través del valle con el imponente Half Dome. Nunca me cansaré de admirar con asombro este hermoso parque, las cataratas, el sol en el río, las rocas monumentales. ¡Genial!

Inspirador

Las chicas poniendo el show


En nuestro último día en Groveland, estábamos preocupados por la tormenta de nieve, pero simplemente no sucedió. Nos saltamos el comprar cadenas para los cauchos, aunque las advertencias meteorológicas eran grotescas. Manejamos por caminos boscosos serpenteantes bajo cielos muy grises hasta que llegamos a Hope Valley. Allí te encuentras con esos verdes prados de altura en los que el paisaje se abre a un cielo abierto y azul con inmensas nubes blancas. Estas cumulonimbi eran muy pesadas ​​con unas bases grises amenazantes que al fin nunca se precipitaron. En momentos como este, siento el paisaje tan conmovedor que se me pone la piel de gallina. ¡Realmente glorioso!

Una nube espectacular!


Y luego seguimos conduciendo y serpenteando hacia el desierto.

Rydr marca la altura de Felix para la posteridad


Llegamos a casa de Skylr y Maura para el más feliz de los encuentros. Los primos se tendrían que reconocer. Indiana tenía solo unos meses la última vez que se habían visto, así que esta fue una nueva oportunidad para reconocer que son familia. De inmediato los pequeños invitaron a los grandes Félix y Didi a quitarse las medias para saltar en el trampolín donde pasaron horas! La diversión continuó durante la noche y terminó en el jacuzzi hasta justo antes de dormir. ¡Qué divertido! Jugaron "camas musicales" cambiando de lugar hasta que al fín se quedaron dormidos.


Manejamos hasta Tahoe al día siguiente e hicimos un par de caminatas a lo largo del lago. Indiana descubrió que podía pedir "uppy" en cualquier momento que se le antojara porque es tan cuchi que nadie se lo puede negar. Y tenía varios "caballos" dispuestos (nosotros) para hacer esto. Fue cargado todo el tiempo cuesta arriba. Y probablemente por eso nunca llegamos a Monkey Rock. Hacía frío, así que corrimos cuesta abajo compitiendo con Indy, que siempre ganaba. Rydr estaba en la escuela ese día.

Indiana ¡siempre ganando las carreras!

Hermoso lago- Tahoe


El sábado volvimos a San Francisco, esta vez bajo una fuerte nevada. Hermoso y aterrador!

El carro no quería moverse bajo esta tempestad!


Estuvimos resbalando y deslizándonos por un buen tiempo en la 89, una carretera totalmente nevada a través de un bosque cubierto de blanco. Más tarde, en la carretera 50, terminamos justo detrás de la máquina quitanieves hasta que la nieve desapareció o se convirtió en lluvia. En Placerville, comimos nuestro sándwich obligatorio en Tommy's Brown Bag. ¡Su menú nunca nos defrauda!

Mis ayudantes en acción


Esa misma tarde enviamos a Félix en su primer vuelo solo; pero antes,  Indiana y Avery lavaron mi carro. Indiana usó un cepillo de dientes para limpiar los asientos de cuero; Avery lavó a presión el exterior, aspiró el interior y lo dejó impecable. La nave limpia y lista para la segunda parte del viaje.


El domingo, todos manejamos a Montaña de Oro, un hermoso campamento cerca del océano en Morro Bay. Armamos nuestras carpas, cocinamos salchichas, espárragos y maíz y Maura nos contó historias espeluznantes alrededor de la fogata.


El lunes iba a ser un día largo, así que empezamos con panquecas y huevos, y justo antes de partir, caminamos hacia la playa y exploramos sus cuevas y charquitos llenos de vida marina, golondrinas que anidan en las rocas y anémonas marinas que se retractaban cuando Didi las tocaba suavemente con un trozo de alga marina. Esta playa merece más tiempo, la próxima vez será :)






Maura y Skylr llevaron a los niños al hotel donde se iban a quedar con una piscina súper divertida para los niños y se prepararon para dos días en Disneyland. Didi los acompañó, así que tenían una hermana mayor para que los ayudara con los terremoticos fugitivos. ¡Seis ojos sobre dos niños pequeños es algo bueno!



Perdidas en el paisaje rocoso de Joshua Tree


Avery y yo nos fuimos sin niños a Joshua Tree, y nos encontramos con Renie Joie peinada de Pocahontas cerca de Morongo, una reserva indígena donde se vende la gasolina más barata de la zona. Comimos en uno de los millones de In And Out que vimos a lo largo de las carreteras donde vimos los cuentos de la boda mexicana. No metimos en Walmart y a pesar de haber comido igual cometimos el eterno error de comprar demasiada comida. Llegamos a nuestro campamento al atardecer y nos refugiamos a la sombra de los afloramientos rocosos de Indian Cove.

Nuestro primer campamento

Atardecer en el punto mas alto de Joshua Tree


Después de tanta compra, corn chips, pico de gallo y cerveza fueron nuestra cena. Nadie tenía ganas de cocinar (típico), lo cual está perfectamente bien con nosotras.


Al día siguiente fuimos a una ruta que era más bien como un "sendero fuera de pista", y nos reímos mucho porque nada parecía tener sentido ni coincidía con nada en el app. No importa, nos divertimos encaramándonos en las rocas. Teníamos comida, agua y unas gomitas especiales que nos mantuvieron felices.

Tratando de descubrir por dónde debemos ir- super empinado!


De regreso a nuestro campamento #58, vimos los resultados del viento: #54 carpa volteada, #56 carpa volteada, #58 ¡SIN CARPA! ¿Dónde estaba nuestra tienda de campaña?


Mis predicciones de que una roca no aguantaría mi carpa fueron acertadas. Había salido volando y estaba sujeta por un nudo que Avery había practicado durante años sin saber si alguna vez lo usaría, y se convirtió en el ancla de mi refugio errático. Sostenida por una cuerda, no salió de papagayo sino que se escondió detrás de una roca.

A la sombra


Esa tarde hacía mucho viento. Dejamos caer dos pesos preventivos adicionales en la carpa, dos cuerpos cansados, y tomamos una siesta esperando que el viento bajara o que fuésemos transportadas al espacio sideral en una fuerte ráfaga. Más tarde daríamos un paseo nocturno.


Subimos la colina a través del bosque de Joshua Trees hacia el punto de vista mas alto donde hicimos sesiones de fotos con las supermodels que estaban conmigo, los árboles, las sombras y la puesta de sol. Comimos galletas saladas, queso y vino bajo la mirada de una roca con forma de cara y, de nuevo, ¿por qué preparar comida? Otra noche sin cenar, sin platos que lavar y la cava y el carro full de comida.

Mis hijas cual árboles en vias de extinción


La temperatura era fantástica y la luna estaba casi llena, lo que hacía que las formaciones rocosas de Joshua Tree parecieran un paisaje lunar. ¡Hermoso!


Nos detuvimos en una tienda de regalos y compramos más chucherías. Compramos más hielo. ¿Qué tal algunas camisas, libros, stickers, cinturones, cuerdas, etc.? El tiempo pasó muy relajado. 


No importa lo que hayamos planeado, el horario programado nunca coincide con el tiempo real de viaje. Como era de esperarse, con tanta calma, era tardísimo cuando llegamos a la comienzo de nuestra próxima excursión.


Renie nos informó que en realidad ella no tenía ni idea de cuánto duraba la caminata ni se acordaba del tiempo que le había llevado recorrerla. Eran las 3 de la tarde y no tenía sentido empezar. No habíamos comido nada desde nuestro increíble desayuno con huevos, espinacas y queso de cabra con tostadas, así que decidimos que lo mejor sería salir a las 6 a. m. del día siguiente.


Esa noche por fin tuvimos una cena decente: sopa de lentejas, pan tostado y mantequilla y vino, en un parque en el borde de la montaña. Seguíamos con el ventarrón. Antes de escondernos en nuestros carros para pasar la noche, nos aventuramos a otra ruta, rara también,  que no nos llevó a ningún lado pero fue la semilla de un milagro.

¡Busca y encontrarás! -  ya sabíamos que los milagros existen


El Milagro

Hacía mucho frío y viento, por lo cual Renie Joie, enemiga feroz de estos, se puso la mayor parte de su ropa, incluyendo su abrigo largo. Mientras hurga en sus bolsillos en busca de calorcito para sus manos, siente unas llaves, las saca, las ve y pregunta inocentemente: Mami, ¿por qué tengo tus llaves en mi bolsillo? Sí, los milagros suceden.

La cuestión es que las llaves se habían perdido hace semanas, y volteamos toda la casa patas arriba tratando de encontrarlas. Yo comencé a preguntarme si el Alzheimer se había colado en mi cerebro, recordando que esta era una de las típicas desapariciones que ocurrían cuando Papaquerido comenzaba a perder sus facultades. Soy una persona de hábitos que no sabe dónde buscar a menos que sea donde suelo colocar las cosas, por lo que este episodio fue un trauma total, el haber perdido las llaves. Mientras tanto, Avery les decía a sus hijos que esto era algo habitual durante toda su infancia. Para mi desilusión, incluso si uno cambia, algunas cosas permanecerán fijas en la historia y punto: ¡Mami pierde sus llaves! ¡Estoy condenada per sécula seculorum!

Frio frío- como el agua del río


Viajamos en caravana a nuestro "campamento" con la alegría del encuentro de las llaves pródigas. Llegamos a un estacionamiento de tierra estéril, que a pesar de que Renie Joie pensaba que era PERFECTO, realmente NO era un lugar para acampar, sino un lugar perfecto para estacionar camionetas. Entonces decidimos no montar tienda de campaña y dormimos dos en la van y una en la maleta del carro. 

A la mañana siguiente a las 5:30 am, la némesis de Renie Joie, el Frío Paralizante, nos rodeaba; estábamos bajo cero de seguro. 

En pijamas, condujimos hasta el comienzo de la ruta para intentar este sendero no reconocido al público en general (no se encuentra en las aplicaciones), ¡una caminata sin información que Renie describía como la más difícil que había hecho en su vida entera! 

¿Nos estábamos metiendo en problemas? Incluso consideré quedarme en el auto.


Bajar a Deep Creek Hot Springs terminó siendo solo 1.25 horas, y si tuviera que describirlo, diría: "Trae un pedazo de cartón para que puedas deslizarte sobre tu fundillo". ¡Sí, súper empinado! Era como un tobogán, pero no imposible.

Técnica- tírate-de-culo- muy usada por la familia


¡Nos ENCANTÓ el lugar,  absolutamente! 3 piscinas de diferentes temperaturas armadas con rocas naturales. Solo nos metimos en la menos caliente, que tenía el río justo al lado. Pudimos tirarnos de cabeza en el agua fría y nadar. Hice el intercambio de agua fría y caliente unas cuatro veces. Me encanta nadar en un río frío, especialmente si luego puedo meterme en una piscina súper cálida... y luego hacerlo todo de nuevo.


o caliente- como agua de la fuente (termal)




Conocimos a un grupo de excursionistas del Pacific Coast Trail (PCT) y aprendimos muchos detalles sobre estar en ese sendero que puede durar de cuatro a cinco meses. Parece que hay una gran camaradería entre los excursionistas que comienzan en la frontera con México, cada uno cargando sus cosas. Luego, poco a poco, se van deshaciendo de lo innecesario y llegan solo con lo esencial cuando llegan a Canadá. Tengo curiosidad sobre esto.

Renie Joie muestra su técnica simultánea
de bronceado con tonificación de glúteos- sin desperdicio!


Nos distrajimos bastante con nuestros nuevos amigos. Cuando nos dimos cuenta de la hora, salimos corriendo, subimos resoplando cual mulas, logramos pasar la pesadilla del tobogán de arena, saltamos al auto y nos dirigimos a Glen Hellen Park, un lugar cualquiera en el mapa que evitaba que Skylr y Maura tuvieran que hacer sufrir a los niños manejando en carreteras de pura curva en las montañas de San Bernardino . ¿Quién quiere niños vomitando? ¡Nadie!


Ellos llegaron al parque un poco antes que nosotros, y finalmente ahí estábamos: Mamá Osa y sus tres ositos, los tres niños y yo, ¡un sueño hecho realidad! ¡Hurra!

Mamá Osa y sus Tres Ositos


Puede que suene exagerado y dramático, pero hay algo (que no puedo explicar) que realmente me da un sentimiento de felicidad, de plenitud, cuando tengo a mis tres "bebés" juntos. Sí... no son bebés, pero me siento feliz. Es como recordar los buenos tiempos, en la naturaleza, paseando por los caminos, todos juntos.


Al final, el plan fué comprimido y reorganizado. Masajeamos todas las partes como si fuera plastilina hasta que cada uno pudo hacer lo que quería. Tuve la dicha de tener tres hijos juntos en un parque raro -un parche de hierba entre supercarreteras, rieles de tren y depósitos de camiones al pie de las montañas-.

Skylr con el sombrero mexicano de Renie Joie

Tia Renie con un héroe intergaláctico- Indiana

Las chicas inglesas


Realmente disfruté nuestro pedacito de tiempo, ¡y ellos también disfrutaron el estar juntos! Todos jugamos y corrimos alrededor de la estructura del parque infantil. Indy me dijo que yo sería La Pantera Negra y me disparaba constantemente, matándome más de una vez. Rydr es un excelente escalador y posaba como Spiderman en las cuerdas. Tia Avery nunca logró copiarlo. Maura tomó una siesta merecida después de su aventura en Disney, y muy rápido, pasaron las tres de la tarde y tuvimos que despedirnos nuevamente. Tuvimos alrededor de, ¿una hora? ¿o dos máximo?

Los Seis Fantásticos


Podría haberme puesto a llorar. Quejarme y sufrir de que fue poco tiempo.  

Pero supe dejar que todo eso pasara de largo. Me sentí abundante de alegría. Me sentí muy bien después de haber jugado un rato, tomado algunas fotos y haberlos visto felices.

¡Súper 60 minutos! (aproximadamente)

Hasta la Vista Baby!


¡Ok, nos vemos pronto!- nos despedimos. 

Sabemos que pasarán meses (o años) antes de que vuelva a suceder.


Con un viaje de siete horas por delante para llegar a casa, nos subimos en nuestros tres carros y partimos.