Sunday, October 16, 2022

Las Mariposas Y Las Abejas Flirtean

El lago frente a mi cabaña de madera.


Manejaba de norte a sur curveando sobre una carretera recién hecha que atraviesa el Parque Nacional Lassen, la número 89. Mis días no tenían plan específico pero si algún plan había, era el de disfrutar la naturaleza, darme a mí misma el mayor de los gustos.


Pasé tres dias paseando de lo lindo y llegó mi último día y mi última oportunidad de coronar el Lassen.


Se me presentó un dilema. ¿Qué querría hacer? ¿Qué me provocaba? 


Noté la diferencia entre lo que yo querría hacer en el pasado y lo que quiero hacer en el presente. Es decir, tengo memoria (muy indeleble) de los retos y actividades que una vez quise hacer empecinadamente,  pero no sé,  algo ha cambiado. 


Mi ambición a los 40 era grande. Como por ejemplo, llegar a la cumbre del Kilimanjaro. Eso fué para mí una ilusión súper deseada. Tenía un sueño intenso de llegar a ese tope: compré el libro, investigué las diferentes rutas, busqué y conversé con personas que lo habían hecho. Nunca lo llevé a cabo, cuestiones de tiempo, compañía y dinero. Ahí quedó.


Años después, estuve en la pata del mismo,  mientras Maurizio y yo hacíamos un documental de los Masai en Etiopía. Le pasé por al lado y lo ví desde el desde el avión, ví su majestad: hermoso e imponente,  pero no,  ya se me había pasado esa "fiebre".


Igual, estando en Africa me provocó un monte que queda justo en frente al Kili. Se llama Mount Meru, en el parque Arusha. Una montaña de 4.565m que es mucho mas verde, llena de animales y no tan alta. 

Dejé de añorar subir a un alto pelado de 5,895m, o sea, mas de mil metros mas alto que el anterior, peleando contra el tamaño de mis pulmones, en un lugar sin oxígeno, árido,  no adepto para la "novicia rebelde". 

¡Pero no me puedo quejar! En mi momentos de escaladora hice otras aventuras más adaptadas a mi cuerpo, a mi geografía y a mi bolsillo. Subí a Half Dome, a Clouds Rest y escalé Cathedral Peak. Fueron geniales y no me mataron.  Pero en fin, mi cabeza sigue medio atascada en 20 años atrás.


Volviendo al Lassen: me dí cuenta de que no sentía inspiración para subir en mi último día de parque al tope del volcán.  No era ni siquiera tan largo el trecho. Yo camino a diario el triple de la distancia pero en este caso sería en pura subida. Me imaginaba un Stairmaster de pasos desiguales dándole seriamente por unas dos horas.  Preferí intercambiar respiración jadeante, rodillas dolientes, viento inescapable, músculos encalambrados por una experiencia con menos desgaste. Si antes me moría por subir el monte mas alto, hoy no. Algo raro está pasando.: ) 


Escogí hacer caminatas gratas, por parajes con árboles, con praderas, con laguitos, y con ríos serpenteando.  Elegí hermosos paisajes cálidos y protegidos. Hubieron siempre caminos sube y baja, con un hermoso río acompañándolos y sus saltos de agua que hacían bellos juegos de luz, u otros que atravesaban bosques quemados con árboles retorcidos y animales que se escurrían a sus escondites al yo pasar. Me sentí como en la escena de Blancanieves cuando escapa de la casa de la madrastra y los árboles tienes vida y todos los animalitos corren.  ¡Tal cual! Pero sin miedo sino con admiración.


Cada 15 metros tenía que parar y tomar fotos, pero dejaré para verlas para más tarde,  porque ahorita no me atrevo. Las imágenes y sensaciones que me han quedado en el cuerpo y en la mente son tan tan fabulosas que no quiero reducirlas a una foto que no muestra el esplendor de lo que siento.  Pero bueno... 


Lo que les quería contar es lo que me dejó mas impactada. 


La última mañana, antes de salir, preparé mi almuerzo. Con los dedos helados producto de esos amaneceres frígidos de la montaña, me hice un sandwich con chorizo, salami, queso cheddar, aioli y mostaza sobre un pan repleto de nueces y semillas. Hice un segundo sandwich de "postre" de cambur con mantequilla de maní y miel de abeja. Metí en mi bolso impermeable una naranja, una bolsita de merey y duraznos secos, otra de jengibre y almendras y un pedazo de chocolate negro 85%. ¡Listo!


Luego de una caminata por Kings Creek le pasé de largo al sendero que lleva al pico Lassen que no escalé. Empecé a buscar un lugar "mágico" para pararme a comerme el susodicho almuerzo.  Este realmente era digno de la culminación de una escalada fuerte que no hice pero ya tenía mi almuerzo. : ) En el mapa había visto algunas opciones: lago uno y lago dos. 


Lago uno, Helen, hermoso como de postal: cristal azul transparente rodeado de rocas blancas.  ¿Me meto o no me meto en el agua? No hacía tanto calor. El estacionamiento estaba lleno de motoristas de Harley Davidson, turistas asiáticos y señores cabello gris de la tercera edad. Ja ja ja, como yo o mi mamá. Paso. 


Lago dos, Emerald, hermoso también, verde y mucho más vivo que el primero.  Lleno de algas y pasto a su alrededor pero sin un lugar perfecto donde parar o poner la alfombra mexicana o meter los pies. No era un lago para bañarse como el anterior. La gente paraba, fotografiaba y casi que picaba cauchos, ja ja ja.


Curva X. Nadie allí. Con el vacío,  esta locación iba ganando puntos. Había una mesa de picnic vacía y una vista linda, pero no desde la mesa. Pensé sentarme en el suelo bajo un árbol con la vista de montañas y lagos en la lejanía, pero no. No me pareció  tan ideal. Mejor sigo.


Curva XX, nadie allí. No hay mesa, ni vista, ni paisaje espectacular. Nadie ni siquiera se para allí. ¡Perfecto!  Hay unas florecitas amarillas lindas y un pico extraño, como una formación rocosa al fondo. Hay un árbol que parece que debe haber sufrido muchísimo en su vida, como que si alguna vez le cayeron a porrazos, por no decir una vulgaridad. Quedó con todas sus extremidades chuecas y sin pelo. Pero allí estaba, erguido, dignamente parado. 


Nada, este es el lugar perfecto porque tengo hambre.


Saqué mi silla, que está descosiéndose y a punto de caducar, mi loncherita y una cerveza bien fría. Allí me senté. 


Frente a mí había una linda alfombra de florecitas amarillas que todavía no les sé el nombre.  Quedé tan impresionada con mi experiencia personal de esas flores que compré un libro de guía de flora y fauna de la sierra para ver si consigo el nombre (Eso espero,  porque la guía fue bastante costosa.) 


De vuelta al cuento. Sobre esa alfombra de flores se posaban muchas abejas y dos tipos de mariposas. Unas parecían las monarcas, que reconozco por haber visto tantos libros acerca de esas súper mariposas migratorias. Las otras eran amarillitas, casi del mismo color de las flores,  así que se camuflajeaban y andaban saltarinas de flor en flor.


Por alguna razón, no me pregunten porqué, yo estaba completamente envuelta en ese ballet de abejas, flores y mariposas. Sentada en mi silla con un sandwich en mano, una cerveza en la otra admiraba como se abrían y se cerraban las maripositas. Después saltaban a otra flor.  A veces se quedaban mucho tiempo en una flor. Otras veces muy poquito.  Las abejas tenía un ritmo mas lento y las mariposas anaranjadas pasaban minutos enteros en una sola flor. Pasó el tiempo, quizá mucho tiempo. Yo sentí y pensé: ¡Estoy en la gloria! ¡No hay nada mejor que esto!


Sinceramente me sentí feliz, muy feliz.  El calorcito del sol, el olor que despedían las plantas calentándose bajo ese sol alpino, el susurro de una leve brisa que pasaba, el árbol tuerto, el cielo azul, los pocos carros que nunca se pararon, y el ballet de mariposas y abejas en primera plana mas allá de mis botas sucias.Y como buena belga, drenaba una cerveza bien fría.


Cuando salgo del estupor en la que estaba, pienso: pero Rennea, ¿qué es eso? ¡Cuánto romanticismo! Esto es un simple borde de carretera. ¡Nada especial!


¡Ah! Pero yo estaba enamorada, fascinada, sintiéndo lo máximo de felicidad y admiración y regocijo. 


¿Qué sucede? Estoy viendo mariposas, comiendo un sandwich normal, tomando una cerveza normal, sin estar bajo la influencia de ninguna sustancia psicotrópica, y sin embargo en la gloria. ¿Me volví loca? 


No, no creo.


Eso fue lo que me dejó impactada: Llegué al máximo de la emoción con la mas simple de mis experiencias.


Eventualmente pondré fotos y si cumplo mi plan ideal, haré algunas pinturas en guache.


FIN


PD 1:

No sé si se acuerdan de ese hiper-descriptivo poema de Andrés Bello, Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida.  Quizá algún día yo de romántica empedernida escriba un poema así. Aquí va una estrofa de Bello, para que vean a lo que me refiero:


"Para tus hijos la prócera palma

su vario feudo cría,

y el ananás sazona su ambrosía;

su blanco pan la yuca;

sus rubias pomas la patata educa;

y el algodón despliega al aura leve

las rosas de oro y el vellón de nieve.


Tendida para ti la fresca parcha

en enramadas de verdor lozano,

cuelga de sus sarmientos trepadores

nectáreos globos y franjadas flores;

y para ti el maíz, jefe altanero

de la espigada tribu, hincha su grano;

y para ti el banano

desmaya al peso de su dulce carga;

el banano, primero

de cuantos concedió bellos presentes

Providencia a las gentes

del ecuador feliz con mano larga."


(Y sigue para rato- VER AQUÍ para leer el resto)


(https://poemas.yavendras.com/silva-agricultura-zona-torrida.htm)


PD 2:

Posibles (e innecesarias) explicaciones acerca de mi felicidad:


1- Nuestra madre naturaleza es lo máximo y cuando andas en modo exploratorio todo a tu alrededor se siente aumentado y lo ves con mucho detalle porque no conoces nada.  Todo lo vez con "mirada de principiante", como dicen los budistas.


2- Soy feliz por naturaleza y mas feliz en la naturaleza. Muchas cosas simples me llenan y se desparraman. Son cosas reales y pequeños detalles hermosos. Esos lentes color rosa, que yo sé que tengo pegados, tiñen mi percepción y sé que endulzan mi vida.


 




2 comments:

elosa.b said...

Demasiado hermoso Renne! Es todo un poema lo que escribiste y mucho más, imagino, lo que sentiste. Lo entiendo muy bien. La naturaleza nos regala milagros a diario y hay que ser muy distraído o ciego para no apreciarlo. Te puedes extasiar simplemente mirando una nube, o la lluvia. Qué lindo que te tomas el tiempo y lo disfrutas. Eso es vida!
Me hace feliz tu felicidad. Dios te bendiga hija!🙏🏻 Te amo!

rennea said...

❤️